Porque Jesús se fija en el corazón de las personas; en cómo hacemos las cosas, porque eso es lo que nos salvará.
Si hacemos mucho pero con una actitud altiva y de suficiencia, a Jesús no le sirve porque no sirve para nuestra felicidad. Más vale ser sencillo y compartir lo poco que tengamos, porque muchos como la viuda salvaremos al mundo y nos salvaremos a nosotros. Haciendo las cosas con la actitud de Jesús.
Él nos dijo "Yo soy el Camino"; es decir, la forma de llegar. Eso es lo importante. En este Evangelio se ven dos actitudes: la de los que le dan importancia a cómo se llega a la meta y la de los que sólo piensan en llegar sin importar el cómo.
¿Qué actitud tienes tú?
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,38-44):
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
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