jueves, 14 de febrero de 2013

Comentario al Evangelio: Sofía Pérez

Sofía es enfermera y profesora de instituto, casada y madre de una hija. Su vida como cristiana está muy ligada desde siempre a las misiones para quienes ha colaborado muy activamente, incluso ahora que está más limitada por su maternidad y el tiempo. También ha sido catequista y tiene una espiritualidad muy profunda y fiel. Es una persona de esas de las que habla El Señor "por sus frutos los conoceréis".
Esta es la reflexión que nos deja sobre el Evangelio de esta semana.



Este domingo es el 1º del tiempo de Cuaresma, es un tiempo de preparación que nos levanta la cabeza para mirar hacia la Pascua. En este proceso de llegar hasta la Resurrección nos encontramos con esta lectura en la que el Señor es tentado en el desierto.

¿Quién es y dónde está el diablo que nos tienta? No tengo la respuesta, es cierto que algunas veces parece que nos ronda porque la vida se torna gris, y se mete en medio de nuestras conversaciones con Dios, otras veces nuestra vida está llena de Dios, de armonía, de paz y felicidad, y no queremos escuchar al demonio tentador. Es tan sutil el demonio que puede a veces parecer que hacemos lo correcto y seguimos el camino recto sin darnos cuenta que vamos camino de nuestro particular infierno.

Como al Señor en el desierto el demonio se manifiesta y nos tienda de tres maneras distintas:
Primera tentación: “Dile a esta piedra que se convierta en pan… no solo de pan vive el hombre”. Vivimos rodeados de seguridades, no queremos que nos falte el pan; todos los días me pregunto si tendré algún día un coche mejor, si podré tener un ordenador pequeño de última generación, si podré hacer viajes maravillosos, todos los días me pregunto por todo esto, y me pregunto yo este día, ¿qué día me voy a preguntar cuándo tendré a Dios, cuándo viviré en el Señor y para el Señor?

Segunda tentación: “Te daré el poder y la gloria si te arrodillas delante de mí… al Señor tu Dios adorarás”. Es un sentimiento tan humano
querer ser importantes, y a lo mejor te mueres sin conseguirlo, ni poder, ni gloria, ni fama, ni dinero, ni posición, ni nada, todos nos vamos de este mundo como vinimos sin nada. De cualquier forma la gente famosa, brillante en algo, con cargos de responsabilidad y poder, los artistas que son reconocidos por los demás, lo tienen más complicado para renunciar a este brillo personal y sustituirlo por Dios poniendo sus dones y capacidades al servicio, porque al Señor tu Dios adorarás y a él sólo darás culto.

Tercera tentación: “Tírate abajo que los ángeles te cogerán… no tentarás al Señor tu Dios”. Esta es la tentación de los ídolos, los intereses personales, nuestros afanes, nuestro proyecto de vida y aferrarnos a los bienes materiales que sustituimos por Dios, en realidad la felicidad nos la da el seguir el camino que Dios nos encomienda, sin desviarnos, sin tener miedo, sin tratar de buscar un atajo.

Como dice este evangelio, el demonio se marcha siempre hasta la próxima ocasión, hay que estar atentos.

“Fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.” (1 Corintios 10:13)
Se puede luchar contra las tentaciones, nos ayuda mucho la participación en los sacramentos y sobre todo la oración person

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