Hoy comparte con nosotros ese punto de vista del que os hablaba sobre el Evangelio de esta semana.
Jesús se presenta entre los
"suyos", los que lo han conocido durante mucho tiempo, como "el
Enviado".
Pero esto para ellos, para
nosotros, que
aprobamos y admiramos su Palabra, no es suficiente.
Nuestra comodidad, falta de tiempo,
excusas o un corazón frío y distante, hacen que con frecuencia nos levantemos,
como los asistentes a la sinagoga, empujemos a Dios de nuestras vidas y nos
enfurezcamos. Y Tú, por tu parte, te abras paso entre la gente y te alejes (o
me aleje).
Pero pienso, "Señor, ¿Adónde
iré lejos de tu espíritu, lejos de tu mirada?
¿Quién puede salir ya de tu camino si eres más
fuerte que mi inconstancia?"
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