martes, 14 de mayo de 2013

Evangelio del domingo 19 de mayo

El Espíritu Santo tiene una fuerza imparable; estaban con las puertas cerradas, con su mente y su corazón cerrados, con miedo... y por la pequeña rendija de esperanza que había se coló en medio de ellos. Contra toda razón. Jesús no necesita ser invitado para entrar en tu corazón y llenarte de amor, paz y valentía. Simplemente entra y cambia tu vida impulsándote a salir y a contárselo a todos los que te encuentres, aunque creas que no te van a entender.
Este domingo vamos a renovar nuestro compromiso con la misión que se nos encomendó cuando nos bautizamos y confirmamos, Jesús renueva el suyo con nosotros cada día.

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

El dibujo de Fano para este domingo: "Recibamos el regalo del Espíritu Santo"





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