lunes, 29 de abril de 2013

Evangelio del domingo 6 de mayo

Con la resurrección, el velo del templo se rompe, las distancias entre Dios y el hombre desaparecen; y así nos lo hace saber Jesús este domingo diciéndonos que la relación entre Él y nosotros es de amor, de confianza. Ya no se trata de un dios que ordena y de un  hombre que temeroso obedece; se trata de un hombre que viendo el amor de Dios, lo ama también y obedece por convencimiento hacia su padre.

Lectura del santo evangelio según san Juan 14,23-29):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor,

martes, 23 de abril de 2013

Evangelio del domingo 28 de abril

Después de tantas palabras, milagros y obras, Jesús a punto de irse, da un sencillo mandato: Amaos los unos    a los otros. Dios = amor, Jesús = amor, seguidores de Jesús = amor. Si queremos hacer presente, que se note a Jesús en este mundo, el primer signo, la marca es: que nos amemos unos a otros. De esta forma sabrán que somos sus seguidores y que Él está vivo.

Lectura del santo evangelio según san Juan (13,31-33a.34-35):

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos

martes, 9 de abril de 2013

Evangelio del domingo 14 de abril

Tener como dios a un Dios vivo que ha vencido la muerte, que deja atrás todo el pecado, significa que busca tu amor con insistencia aunque tú lo hayas traicionado o dado de lado. Aquí tenemos uno de los pasajes más bonitos de los evangelios. Jesús, ya resucitado, hombre de nuevo (comía y bebía), le da la oportunidad a Pedro de comenzar de nuevo después de su gran traición como amigo y como seguidor. Lo mismo hace con nosotros. Y sienta las bases de la NUEVA relación entre ambos: "¿me quieres?"; y te lo repite las veces que haga falta para que seamos conscientes de la pregunta... y de la respuesta.
Dios vuelve a nosotros, nos quiere y nos quiere a su lado para que lo acompañemos acogiendo a más y más hombres y mujeres dispuestos a "enredarse" con Él. "Sígueme"

Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-19):

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. 
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» 
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.» 
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 
Jesús les dice: «Muchachos,

jueves, 4 de abril de 2013

Evangelio del domingo 7 de abril

Tras la resurrección, Jesús empieza a dar sus últimos mensajes en cada encuentro con los discípulos. En esta ocasión, nos habla de la fe que debemos tener: ciega, sin ver; porque ya hay tantos signos... Y también nos habla de lo importante que es celebrar nuestra fe juntos. Sin esto, es difícil verlo y sentirlo.

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. 
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» 
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. 
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» 
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» 
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» 
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos