Tener como dios a un Dios vivo que ha vencido la muerte, que deja atrás todo el pecado, significa que busca tu amor con insistencia aunque tú lo hayas traicionado o dado de lado. Aquí tenemos uno de los pasajes más bonitos de los evangelios. Jesús, ya resucitado, hombre de nuevo (comía y bebía), le da la oportunidad a Pedro de comenzar de nuevo después de su gran traición como amigo y como seguidor. Lo mismo hace con nosotros. Y sienta las bases de la NUEVA relación entre ambos: "¿me quieres?"; y te lo repite las veces que haga falta para que seamos conscientes de la pregunta... y de la respuesta.
Dios vuelve a nosotros, nos quiere y nos quiere a su lado para que lo acompañemos acogiendo a más y más hombres y mujeres dispuestos a "enredarse" con Él. "Sígueme"
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-19):
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos,
¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
Fano ilustra el Evangelio con su dibujo y la frase: "Lánzate en busca del resucitado"
Somos la Comunidad María de Nazaret (CMN) de la parroquia de la Amargura, Málaga. Una comunidad de base cristiana, católica y con un marcado carácter diocesano. Con este sitio queremos compartir oraciones, experiencias, opiniones, documentos, canciones, dibujos, etc. que nos ayuden a seguir a Jesús. Esto es lo que somos y lo que queremos ser. ¡Entrad y poneos cómodos!
martes, 9 de abril de 2013
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