miércoles, 17 de octubre de 2012

Evangelio del domingo 21 de octubre

Jesús nos vuelve a enseñar con sabiduría que estamos llamados a hacer cosas grandes pero que no debemos esperar nada a cambio. Jesús nos invita a ser servidores y esclavos de los demás de una manera concreta, con sencillez. Los cristianos debemos hacer todo con humildad, sabiendo que es Dios quien lo hace y repartirá los honores más adelante. La vanidad es un pecado que no reconoce a Dios como Protagonista absoluto de la evangelización, nosotros somos pequeños instrumentos. Y si tenemos dudas, fijémonos en los grandes santos, en cómo hicieron su labor, intentando permanecer en segundo plano, dando a Dios el primer lugar.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

 Fano nos deja este dibujo: "LLamados a servir".



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